Hace una semana que solo tengo
pesadillas, aparentemente mi insconciente está enojado con mi
consciente y toma cartas en el asunto en el único momento que puede.
El muy hijo de puta, toma venganza en el único momento en el cual yo
puedo hacer algo que me gusta.
Lunes: Lautaro me llama para decirme
que Asuka ahora quiere vivir con él, que ella esta vez se enojó de
verdad y que no piensa volver ¿Cómo puede ser que mi hija se vaya a
vivir con una persona que lo único que sabe hacer es malcriarla y no
preocuparse por si el dulce de leche que tanto le gusta le hace bien
o mal?
Martes: Maggie se vuelve una niña
barbie, María Magdalena: la joven prostituta de la internet, ¡la
niña perfecta! Es ahora un producto de esos que genera la TV, es una
niña que lo único que le importa es tener lo último de lo último.
Miércoles: mamá me llama para decirme
que ahora contrató a alguien mejor que yo y que me quedo sin trabajo
de hija. María del Rosario me llama y me dice que yo, su única
hija, ya no soy la preferida... pero mami, si soy la única...
“lamentablemente” responde con su voz de: sé que siempre hago
bromas y a vos no te gustan pero esta vez es de verdad.
Jueves: Juan corre y corre sin parar,
todos le gritamos el gira la cabeza y en su cara se ve nostalgia, se
ve miedo, se ven todas esas cosas que nadie quisiera ver. En su cara
veo todas mis frustraciones... Juan corre y se lleva todo lo que nos
pertenece.
Viernes: Victoria me llama para decirme
que la mejor decisión que tomamos fue mudarnos a puntas
equidistantes del país, porque nuestra hermandad inventada, nuestra
amistad forjada con sonrisas y palabras graciosas hace tiempo no daba
para más.
Sábado: soy algo que la gente esquiva
por la calle. Me miran y me dicen: correte, nos hacés mal a la
visual. Me miro al espejo y soy lo que más me molesta: un amarillo
chirriante que te hace doler partes de la cara que no sabés cómo se
llaman ¿Viste ese lugar que queda como detrás de la mandíbula? Ese
que duele cuando comés una aceituna: te duele ahí cuando me ves y
también te duele más allá de los ojos, como si mi imagen se
clavara más allá de lo que podés ver. Como si te doliera un
recuerdo pasado.
Domingo: Dios está enojado conmigo, me
dijo que está harto de que lo niegue, de que esquive su nombre, de
que esquive el tema. Agarra mi vida, la pone en una bolsa ziplock y
la tira al riachuelo. Me mira burlón y enuncia: existo porque puedo
sacarte lo que previamente te di.
Entonces pienso la cantidad de veces
que alguien me sacó la vida y comprendo el sentido de “un ser
omnipresente”, Dios estuvo ahí cuando papá murió, cuando Fefe se
cayó del balcón, cuando Martán se desnucó, cuando Eze se suicido
¡Yo misma fui Dios! Y ahora yo o él o todos me están sacando eso
que es tan mío y tan de nadie porque... a quién le pertenece esto
que me fue dado porque sí, porque mamá y papá decidieron tener una
buena noche. A quién le pertenezco yo. A mi inconsciente, de seguro,
que de tan enojado que está puede quitarme mi felicidad, mi vida. Yo
soy un animal nocturno, que adora el sueño y este hijo de remil
putas lo metió en una bolza ziplock y lo tiró al riachuelo,
habiendo tanto río por ahí eligió tirar mi vida al mismísimo
lugar de la muerte.
Cuando sientas que no hay peor cosa que
una pesadilla recordá que siempre podés despertarte en ella y
comprender todos esos lugares turbios, como el riachuelo, que recorre
tu cabeza ¿Qué problema tan grave tenés como para que sientas que
Dios está enojado con vos y en cualquier momento te va a sacar todo
eso que es tan tuyo como de nadie? ¿Qué hiciste para convertirte en
ese color que tanto odias? ¿Cuántas veces lastimaste a tu gato y
vos solo pensás que se va porque no le das dulce de leche? ¿Sos la
mejor hija o simplemente sos una jodidademierrrda? ¿Qué tan jodida
podés ser que comprendes al ser de la vida desde el mismísimo
acabamiento?